Educacion ambiental

Aprendiendo a reciclar desde niños

Cada oveja con su pareja, cada residuo en su contenedor
Meritxell Fandiño
11:28h Martes, 04 de octubre de 2011
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Poco a poco se va instaurando en la sociedad la conciencia de que es necesario cuidar el planeta, pues la situación de sus recursos naturales va de mal en peor. El ser humano es el único animal que ha optado por destrozar su propia casa, por lo que está abocado a pagar las consecuencias. Y antes de que ello suceda, vale la pena ponerle freno al despiporre de malgasto y contaminación. Sí, aún queda mucho camino por hacer. Pocas empresas reducen como es debido la emisión de gases contaminantes y, además, el coche eléctrico es una utopía para muchos ciudadanos que, en ocasiones, tampoco disponen de las conexiones adecuadas en transporte público. Sin embargo, hay pequeños gestos ya muy instaurados en nuestras ciudades que podemos hacer para cuidar un poco el planeta. Y lo más importante no es solo que los llevemos a cabo, sino que además enseñemos a nuestros hijos a hacerlo desde bien pequeños.

Contenedores de colores en el País Vasco

El reciclaje es un buen ejemplo y lo tenemos muy a mano. En España los contenedores para residuos se identifican con distintos colores según los materiales que hay que verter en ellos, contribuyendo así a la reutilización de materiales como el vidrio o el papel. Suelen ser los siguientes:

  • Contenedor azul: Para papel y cartón
  • Contenedor verde: Vidrio y cristal
  • Contenedor amarillo: Plásticos, tetra briks y metales como el aluminio.
  • Contenedor gris: Demás residuos, como la materia orgánica y otros restos como plantas, tapones de corcho, colillas y cenizas, etc.
  • Contenedores complementarios: Algo menos cuantiosos y pensados para los restos de aceites, juguetes rotos y pilas. En ese sentido, vale la pena acumular una pequeña cantidad en casa antes de desplazarse para depositarlos en el lugar correcto, nunca mezclarlos con los residuos comunes por comodidad o, en el caso del aceite, lanzarlos por el desagüe.

En el caso de los contenedores de recogida neumática (oculta en el subsuelo), las correspondientes pegatinas informativas indican el residuo a depositar. Por lo general solo los hay de papel, plástico y orgánicos, aunque siempre hay contenedores comunes cerca para facilitar la tarea.

¿Cómo inculcar esta separación de residuos en casa? Muy fácil. Como la acción empieza allí, podemos explicarle al niño dónde debe tirar los residuos que él genera: cajas de juguetes, envoltorios de cromos, envases de zumos o refrescos… Y como los pequeños son muy dados a preguntarlo todo, es posible que surja la gran pregunta: “¿Por qué?

La explicación debe adaptarse a la edad del niño, pero entenderá fácilmente que, por ejemplo, para fabricar una tonelada de papel son necesarios entre 10 y 15 árboles de los que, además, depende la vida de muchos animales. Hacer de vez en cuando una excursión al bosque o al campo le ayudará a entender la belleza del entorno y la necesidad de preservarlo.

Otro recurso interesante para enseñar a los niños a reciclar es invitarles a utilizar materiales ya usados para otros menesteres. Convertir un bote de mermelada en un lapicero, o una caja de cartón en una casa de muñecas. O, porqué no, utilizar un poco de todo ello para hacer un instrumento musical, como ya os explicamos en otro artículo.

Inculcar el cuidado por el planeta desde la más tierna infancia es contribuir a una generación de adultos que considere la cultura medioambiental parte de su rutina, como una ley universal a la altura de no tirar los residuos en plena calle.

Foto: Reciclaje por Bichuas (E. Carton) en Flickr.com.

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