Las distintas etapas de la adolescencia

Ya hemos hablado en otras ocasiones de la adolescencia y sus cambios, una de las épocas más complejas de la vida humana para adolescentes y familia. Hoy distinguimos las distintas etapas en las que suele dividirse este proceso vital, que determina el paso de la infancia a la edad adulta y que produce un notable trastorno a nivel físico y psicológico a padres e hijos.

Preadolescencia, o adolescencia temprana

Como sucede con las demás etapas, no hay una forma concreta de determinar su origen y su fin. Cada persona es un mundo. Por regla general, suele decirse que la preadolescencia empieza a los 8-9 años y termina para algunos a los 11 años, para otros incluso a los 13- 14 años. Claro está que las diferencias entre chicos y chicas hacen mucho en este sentido, y que ellas suelen desarrollarse en todos los aspectos algo más temprano. Es el inicio de la pubertad, con el desarrollo desigual y primerizo de algunos huesos, músculos y órganos. Sobre todo, de aquellos relacionados con la reproducción.

En esta etapa los pensamientos imaginativos, tan típicos de la infancia, se empiezan a abandonar en beneficio del pensamiento lógico. Los juegos están presentes, pero empiezan a quedar a un lado, y niños y niñas empiezan a relacionarse según sus gustos y aficiones. La vida social adquiere una importancia fundamental, y empiezan a ser evidentes fenómenos como la exclusión de determinados compañeros.

Adolescencia media

Para algunos, de los 11 a los 15 años. Para otros, de los 12- 13 a los 16. Se produce un desarrollo en mayor medida de los órganos sexuales, con cambios en la voz y posiblemente el ‘estirón‘ en los chicos y la aparición de la primera menstruación en las chicas. La imagen proyectada a los demás (sobre todo, el atractivo físico) y la búsqueda de la propia identidad son características de esta etapa. Los adolescentes buscan la continua aprobación de sus compañeros y muestran un gran interés por el sexo. Aparecen las primeras parejas. Suele ser la etapa de mayor conflicto con los padres y de cambios de humor más bruscos.

Adolescencia tardía

De los 15-16 a los 18- 19. Se alcanza el fin del desarrollo físico, y las emociones se estabilizan. La identidad personal del adolescente empieza a estar definida, así como la capacidad de pensamiento abstracto y el énfasis en los principios morales. Mejora la relación con los padres, aunque la relación con los amigos sigue siendo fundamental. Algunos jóvenes pueden ser más vulnerables que nunca a trastornos como depresiones o los relacionados con la comida, dada su mayor conciencia de las circunstancias personales y capacidad analítica, esté o no distorsionada.

Se recomienda que tanto los padres como los propios adolescentes tengan conciencia de estas etapas y de los cambios que se producen para poderlos afrontar lo mejor posible.

Foto: americanistadechiapas en Flickr.com