¿Qué es la disciplina inteligente?
11:40h Domingo, 25 de septiembre de 2011
Basta con echarle un vistazo al famoso programa de televisión Supernanny para detectar algunos de los problemas de los niños de hoy. Seguramente nos venga a la cabeza una palabra: ‘disciplina’. Pero, ¿realmente esos padres no la aplican? No se puede decir precisamente que no griten, o que no castiguen, o que no entren en una dura batalla por recobrar el poder que les pertenece en el hogar. Sin embargo, no logran nada y tienen que recurrir a la ayuda de una tercera persona. En cierto modo la disciplina inteligente habla de eso, tras cuestionar la forma de educar que se ha venido llevando a cabo durante décadas.
Según han descrito algunos autores, como Vidal Schmill, este tipo de disciplina destierra la cultura del premio y el castigo por considerar que no inculca valores suficientemente profundos. Sucede entonces que los niños adaptan su comportamiento a lo exigido por sus padres mediante el evitar el castigo y buscar la obtención de premios, sin ser conscientes de porqué ciertos actos están bien o mal. Asegura el citado autor que todo ello “propicia la doble moral y la hipocresÃa”, además de considerar que merma la autoestima de los menores. Y es que los reproches y el desprecio también son frecuentes como reacción ante un mal comportamiento.
De este modo, lo que se propone es cambiar esta forma de actuar y optar por una educación en el conocimiento y la autonomÃa. Se trata de un proceso basado en la idea del causa- consecuencia que el pequeño asume previo a la realización de sus actos, ya sean buenos o malos. Se destierran asà los discursos y los sermones y se mejora la convivencia cotidiana en el hogar.
¿Cómo hacerlo? Se trata sobre todo de una labor que corre a cargo de los padres y que puede aplicarse con niños de cualquier edad. Lo primero que hay que hacer es detectar los comportamientos inadecuados en los que a menudo incurren nuestros hijos para posteriormente establecer un listado de normas que los eviten. A continuación haremos lo propio con una lista de cosas que ellos adoran hacer, como jugar o mirar la televisión. Con todo ello elaboraremos un cuadro de normas basado en el causa- consecuencia, en el que figuraran las obligaciones ligadas a los momentos de ocio y felicidad. Un buen ejemplo seria la norma de recoger los juguetes tras jugar con ellos, que tendrÃa como recompensa el seguir jugando al dÃa siguiente. Encontraréis este método más detallado en este enlace o en este otro.
Es requisito fundamental para que esto surja efecto una total implicación por parte de los padres. Ellos son los encargados de mantenerse firmes con las normas, de no hacer excepciones en lo que a saltarse sus dictados se refiere y de no caer en la vieja rutina de la bronca o el reproche. ¿Estáis dispuestos a intentarlo? ¿Qué os parece este tipo de disciplina? Os invitamos a compartir vuestra experiencia con nosotros.
Foto: popscicle stick house por AForestFrolic en Flickr.com.
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