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Hay que revisar constantemente el cabello de nuestros niños

Cuidado con los piojos

Es necesario seguir al pie de la letra los tratamientos
Por Antonio Martínez, en 3 de Julio de 2008

Muchos papás se enfrentan en uno u otro momento a una plaga que ataca a sus pequeños hijos. Si es que sus niños no han sufrido el ataque directo, al menos conocen a una familia que ha pasado o está pasando por este problema. Me refiero a los piojos, esos diminutos insectos parásitos que invaden el cuero cabelludo de las personas. Los más vulnerables son los niños, recuerdo que de pequeño, se desató una de estas plagas y no en mi escuela. Fue en el periodo de vacaciones entre los amigos de mi vecindario. Ellos solían frecuentar un cerro cercano a donde residíamos y gustaban de subir y bajar, además de hacer juegos improvisados allí mismo. Seguramente allí se dio inicio la plaga de piojos pues pronto casi todos aparecieron con estos parásitos entre sus cabellos. Afortunadamente mi temor a las alturas me libró de acompañarlos en su suerte y pronto la mayoría de ellos tuvo que raparse el cabello. Estos insectos gustan principalmente de adherirse con sus garras al cabello de las personas y, para complicar las cosas, depositan sus huevos o liendres por todo el cuero cabelludo, multiplicando así su colonia.

Imagen tomada de Flickr por negritopunk

La alimentación de estos parásitos es básicamente de restos de células muertas, producto del recambio de nuestro cuero cabelludo, de algunas secreciones sebosas del mismo y también de restos de sangre. Su adaptación al medio ambiente en que residen es asombrosa. Uno puede pensar que con una buena lavada de cabeza todos se irán por donde vinieron pero esto no es así. Los piojos, disponen de un eficiente sistema de defensa contra el ahogo, un salvavidas incorporado. Ellos son capaces de inflarse, reteniendo aire y quedarse así por un buen rato.


Este mecanismo les permite flotar cuando el agua invade el cuero cabelludo. Seguramente algunos mueren pero muchos sobreviven, los suficientes para crear más colonias. La ventaja, en términos de contagio, es que los piojos no saltan como las pulgas, sin embargo, sus liendres y algunos de los mismos pueden caer en la cama y almohada. Como los hijos suelen echarse en la cama de los padres, es común que éstos también sean contagiados. Y el contagio hacia otros niños también queda garantizado pues los pequeños gustan de los juegos de contacto, pelean, se abrazan, se hacen llaves, etc. En algún momento los cabellos chocan y liendres pasan de una cabeza a otra.

Una vez que los piojos se han instalado en la cabellera del niño ya podemos estar hablando de una pediculosis, misma que hay que tratar de inmediato. Pero antes de este punto, la prevención se erige nuevamente como algo básico en este tema. Siempre explicarle al niño con ejemplos e imágenes lo que esto representa y el cuidado que deben tener de no frecuentar zonas sucias como cerros o malezas donde fácilmente pueden adquirir esta plaga junto con otras peores. Del mismo modo si ven que otro niño tiene piojos, tratar de no establecer contacto físico con él y advertirle lo que le está sucediendo. También hay que tener en cuenta el ciclo de vida del piojo. Estos viven aproximadamente un mes y las hembras ponen entre cuatro y ocho huevos por día, de los cuales un 60 % llegan a la vida adulta. Por tanto, es necesario hacer todo un tratamiento de mediano plazo al menos para asegurarnos de erradicarlos por completo. Las cosas se facilitarían si el niño accede a raparse el cabello, cosa improbable y de las niñas ni qué decir. Todo debe empezar con una inspección ocular simple. Lo que debemos detectar son los huevos que tienen un color amarillento en su primera fase.

Imagen tomada de Flickr por crociogomez2

Si los huevos son de color blanco, quiere decir que ya han eclosionado y si encontramos piojos adultos pues es hora de actuar de inmediato. Lo mejor es acudir al pediatra que nos recomendará el champú y loción más indicados de acuerdo al grado de avance de la colonia de piojos. Es importante seguir al pie de la letra las indicaciones de los productos que se v