¿Quién no ha intentado alguna vez hacer un avión o una pajarita de papel, mientras se distraía?. Algunos han entrado de lleno a dedicarse durante horas a este arte milenario japonés llamado origami (de Ori = plegar y Kami = papel) o papiroflexia, que aparentemente consiste simplemente en doblar un papel, sin cortar ni utilizar ningún otro material para darle formas diferentes, pero la realidad es que tiene muchas aplicaciones educativas, que van más allá de un sencillo pasatiempo y se desconocen.
Hoy queremos presentaros la dimensión más instructiva de esta práctica, que por otra parte ha sido considerada además como un instrumento de rehabilitación médica y psicológica, una técnica matemática y científica, llegando incluso en Japón a utilizarse como ofrendas en ceremonias religiosas.
Si os lo recomendamos en un blog como eliceo.com, es porque queremos hacer hincapié en su utilidad como recurso educativo. Quizá en eso Oriente y los países nórdicos juegan con ventaja, pues allí la papiroflexia es una asignatura más de los colegios, por lo que allí está más que reconocido su valor pedagógico. Los expertos afirman que si un niño comienza una actividad manual a edad temprana, obtendrá una mayor madurez cerebral, lo que favorecerá su desarrollo intelectual. Por otra parte, si desde la infancia está en contacto con tareas artísticas, será más fácil que se sienta llamado a inventar, crear e imaginar.
En Occidente durante la enseñanza reglada el origami apenas aparece, y cuando lo hace, se aplica tan sólo en los primeros cursos escolares a través de trabajos manuales con papel, pero en general no se aprovecha todo el potencial didáctico que encierra. Es necesario que los padres apunten a sus hijos a talleres de manualidades, o que los niños lo elijan como afición casera para que esta actividad empiece a desplegar todos sus beneficios en los más pequeños. Entre esas utilidades podemos encontrar las siguientes:
- Desarrollo de la coordinación visomotora, es decir de la capacidad de ajustar los movimientos de las manos a la visión de los volúmenes en el espacio.
- Potencia la concentración al tener que seguir cuidadosamente las instrucciones y descomponer el proceso en pasos, por lo que está especialmente indicada en niños con déficit atencional o hiperactividad.
- Por medio del proceso de plegado se facilita la visualización de cuerpos geométricos y la comprensión de conceptos como diagonal, vértice, mediana o bisectriz, por lo que muchos profesores de matemáticas pueden servirse de las figuras resultantes para demostrar algunos teoremas e ilustrar algunos problemas de lógica.
- Es un instrumento a disposición de la creatividad del que lo emplea, porque después de haber adquirido las nociones básicas pueden ir introduciéndose elementos originales de la imaginación de cada uno.
Es importante señalar que no podemos reducirlo a un simple juego de niños, pues puede ser practicado por adultos de todas las edades, o bien en familia como ejercicio en el que se puede cooperar o trabajar grupalmente. Además, apenas se requieren materiales para comenzar:
- Buscar un papel que sea fácil de manejar, blanco o a colores, según los gustos y las figuras que se vayan a elaborar. Si se varía la textura del papel, se pueden obtener distintos efectos de relieve y rugosidad en las figuras.
- No se necesitan cuchillos, ni tijeras, ni adhesivos, simplemente se necesitan las manos y el papel, pero también hay herramientas como las pinzas, reglas y escuadras que ayudan a una mejor manipulación del papel
Así que para ponerse manos a la obra (nunca mejor dicho) con esta técnica de doblar y desdoblar un cuadrado o un rectángulo sin cortar ni pegar, es aconsejable seguir algunas pautas como: trabajar con las manos limpias, procurando que el papel no se ensucie; apoyarse en una superficie lisa y dura; repasar el doblez con la uña del dedo pulgar a lo largo del pliegue (especialmente en los vértices); y ser muy cuidadosos con la secuencia de confección de la figura, sin saltarse ningún paso. En una sola tarea estaremos entrenando: la paciencia, la memoria para recordar las dobleces y la imaginación espacial cuando usamos las tres dimensiones (alto, ancho y fondo).
Para iniciarse en esta habilidad oriental, una alternativa es acudir a algunos de los cursos o talleres que imparten los clubes de papiroflexia o escuelas artesanales. La Asociación Española de Papiroflexia es una muy buena opción para empezar a adentrarse en este mundo. Por una cuota anual, que varía de 23 a 43 euros (porque pueden inscribirse más allá de las fronteras españolas), puedes beneficiarte de los siguientes servicios:
- Cinco boletines al año con desarrollos de figuras, novedades, noticias sobre jornadas y encuentros, información sobre libros, etc.
- Un catalogo de desarrollos con todos los modelos de los socios para que te sirvan de ejemplo.
- Préstamos de biblioteca, hemeroteca y documentación para que puedas ayudarte de libros sin tener que comprarlos.
- Poder participar y acudir a tertulias, congresos anuales y foros para intercambiar ideas con otros admiradores de este arte de las distintas comunidades y países.
- Venta de materiales, y lo que llaman el fondo de figuras por si te animas a exponer lo que vayas elaborando.
Una vez que te haces con los diagramas o modelos, tan sólo tienes que familiarizarte con los símbolos, lo cual no será difícil pues son internacionales, ya que todos los autores emplean los mismos para que puedan llegar así a todo tipo de público. Te vendrá bien conocer los significados que en papiroflexia se asignan a determinados términos:
- esquina: cada una de las cuatro puntas de un cuadrado.
- pliegue: cada una de las líneas por donde se dobla el papel.
- marca: la línea que queda en el papel después de efectuar un pliegue.
- nudo: donde se cortan dos o más pliegues o marcas.
Si eres autodidacta y quieres formarte por tu cuenta, tienes en el mercado varios libros y páginas web, con los que poder seguir los modelos: para iniciarte, para profundizar en figuras más complejas, para su aplicación a las matemáticas, para especializarte en aviones plegados, etc. De igual forma, los más pequeños también cuentan con manuales y vídeos educativos adaptados a su edad y con figuras (dinosaurios, dragones, grullas, etc.) que despiertan su curiosidad.
Foto: sestao berba
Comentarios de “Papiroflexia, la asignatura del futuro”
Aun no se han realizado comentarios.