Juegos y dinámicas

La importancia de la observación. Dinámicas.

Inma Manzanares
07:00h Domingo, 23 de marzo de 2008
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observandoEl primer paso para aprender es la observación. Parece una obviedad, es cierto, pero habría que recordarlo más a menudo. Y uso la palabra ‘observación’, aunque, a veces, no sea la vista el sentido que uso, sino el tacto (para conocer texturas y temperaturas) o el oído (para conocer sonidos) o el gusto (para conocer sabores) o el olfato (para conocer olores). A través de los sentidos nos llega el mundo exterior.

Algunos psicólogos hacen hincapié en el hecho de que no todo lo que aprendemos nos llega de forma directa por nuestros propios sentidos, es decir, lo aprendemos de otros. Nos llegan conocimientos de forma indirecta. Pero, claro, no podemos olvidar que esto que otros nos enseñan, o bien lo han adquirido por observación o lo han tomado de otros o de algún medio como libros, internet, tv…, si nos tomáramos el trabajo de ir hasta el final de la cadena, veríamos que hay, de nuevo, en el origen, un aprendizaje a través de los sentidos, si se quiere una ‘observación’.

Si hay quien tiene problemas de ortografía, es porque no ha aprendido a observar las palabras (o no ha aprendido a discernir los sonidos), si, en ocasiones, no recordamos qué hemos leído, es simplemente, porque no hemos observado con detenimiento… podríamos seguir poniendo ejemplos, pero creo que no es necesario, todos sabemos que la observación es fundamental a la hora de encontrar semejanzas y diferencias, de comparar… Observamos y extraemos características de los objetos que nos rodean. Es el primer paso para el aprendizaje.

Y se puede ejercitar la observación, incluso, se puede aprender a observar adecuadamente, a usar la observación para su función primordial, que es la de proporcionarnos esas características esenciales que definen las cosas que tenemos cerca.


Dinámicas hay muchas, en realidad, para todos los gustos y de todas las dificultades, veamos sólo algunas:

1. La dinámica más recurrente es ‘Encuentra diferencias’, con dos dibujos exactamente iguales, hay que buscar las cosas en que difieren. Es un muy buen ejercicio para empezar desde pequeños, pues la dificultad puede cambiar fácilmente. Es una actividad tan frecuente que la hacemos en los clásicos libros de pasatiempos, sin darnos cuenta del valor que tiene.

Tiene una modalidad: ‘Encuentra las semejanzas’, consiste en buscar, en dos dibujos completamente diferentes, cosas que son iguales (o casi iguales, la observación nos va a enseñar entre otras cosas, que no siempre dos cosas son exactamente iguales, por mucho que lo puedan parecer).

No es necesario que estas dos dinámicas sean con dibujos, pueden usarse objetos reales aparentemente iguales, para las diferencias, como monedas, sellos y objetos que nada tengan que ver entre sí, para encontrar las semejanzas, por ejemplo un reloj y una lavadora… Esta variante tiene frente al dibujo, que se puede jugar también con otros sentidos como el tacto e incluso el gusto o el olfato o el oído (si busco cosas que produzcan sonido). Podemos ir un paso más allá, y recurrir a fórmulas matemáticas, a planteos de problemas, a textos literarios, a análisis sintácticos, a clasificaciones de todo tipo (recuerden que siempre, al menos, dos de cada)… ¡y parecía un simple divertimento para el verano!

2. Encontrar dos cosas iguales, en una secuencia de objetos diferentes, pero con muchas cosas en común, tenemos que encontrar aquellos dos que son iguales. Podemos usar siluetas o sombras; también se logran excelentes resultados con figuras geométricas en las que dibujemos algo en el interior. El nivel de abstracción dependerá, siempre, de la edad de los niños y de las niñas que participen de la dinámica.

3. Observar y describir: necesitamos, al menos, dos participantes para esta dinámica. Uno irá describiendo lo que observa. El otro, irá dibujando lo que su compañero describe. Tenemos que hacerle ver al que observa y describe que tiene que remarcar las características que distinguen al objeto, lo tiene que observar bien y analizar en qué se diferencia ese objeto de otro, qué lo hace distinto. A continuación, cambiarán los papeles, el que ha observado y descrito pasará a ser el que dibuje. Si hay varias personas, se pueden formar grupos y hacer competencias.

Pero si estamos solos y queremos hacer esta dinámica, también es posible. Tan simple como observar y dibujarlo o describirlo por escrito, es un grado mayor de complejidad, no es tan simple pasar al papel, lo que vemos en la realidad, pero es una actividad genial para iniciar a los jóvenes en la escritura.

Podríamos darle una consigna, por ejemplo, imagínense que tienen un amigo en otro planeta, que nunca ha visto una puesta de sol, observen una y descríbansela a ese amigo extraterrestre, recuerden que tienen que ser lo más exacto a su observación, para que él tenga una idea real de lo que ustedes han observado.

Otra consigna: obsérvate en un espejo, y describe lo que ves.

4. Otra dinámica interesante es encontrar el elemento que falta en una secuencia. El que prepara la secuencia tiene que dejar bien claro qué tipo de secuencia es, si es alterna, progresiva, cíclica… Pondremos cuatro objetos secuenciados y otros cuatro o cinco, entre los que se ha de elegir el quinto elemento que falta en la secuencia. Es una actividad que se presta mucho a hacerla con números y/o letras, pero también cabe el uso de sinónimos, antónimos, palabras que se escriban con tal o cual letra, etc.

5. ¿Cuál es su compañero? Este juego es muy apropiado para los más pequeños de la casa. En una caja se meten zapatos (o calcetines o guantes o cualquier otra cosa que necesite un compañero para ser útil o botones emparejados), al chico se le da un zapato cualquiera. Él tendrá que buscar a su compañero. Luego tendría que explicarnos qué método usó para encontrar a la pareja. Puede completar la actividad, buscando las diferentes parejas que hay en la caja y ordenándolas según un criterio que él puede elegir, y que tendrá que justificar.

Qué ves6. ¿Qué es esto? O ¿A qué pertenece esta imagen? La idea es ofrecerle una imagen en la que se vea, por ejemplo, el hocico de un perro, el niño o la niña, tendrá que reconocer de qué se trata. Puntúe los aciertos, convirtiendo la dinámica, aparentemente, en un juego de competencia. (la imagen de esta actividad pertenece a la revista infantil La Valijita, de la editorial Atlantida, en Argentina).

7. Observar un cuadro: dejaremos que el niño o la niña, observen una imagen, tomemos como ejemplo los Girasoles de Van Gogh, luego se lo retiraremos y le haremos pregunta sobre él: ¿cuántas flores hay en el florero? ¿de qué color es el florero? ¿a alguna flor le falta algún pétalo? ¿de qué color es el fondo del cuadro? ¿qué gama de colores prevalece? Observamos y memorizamos. Admite, como la mayoría, diferentes grados de complejidad, tanto por el cuadro elegido como por las preguntas formuladas.

8. Hay en el mercado un juego que consiste en un cartón con dibujos diversos, el juego tiene además unas cartas que se reparten entre los participantes, cada uno de ellos debe buscar en el cartón de dibujos las imágenes que contienen sus cartas. Se valora aquí la observación y la rapidez. Es fácil hacer un juego semejante de forma casera, incluiríamos otras dinámicas y otras habilidades.

Estas y otras dinámicas semejantes pueden ser realizadas tanto en la escuela como en casa. También los padres podemos ocuparnos del desarrollo intelectual de nuestros hijos, ellos tomarán como un juego, lo que les ayuda a desarrollar la más básica de las estrategias del pensamiento. Básica y esencial: la persona que observa detenidamente y con un criterio acertado, recordará mucho más fácilmente y tendrá muchos menos problemas de comprensión.

Comentarios (3)

  • angie wong
    06:46 3 03UTC enero 03UTC 2009

    muy bueno!

     

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