La primera y tal vez la única “agresión” que recuerdo que se haya hecho en mi escuela hacia un profesor debe llevar más que nada el rótulo de broma, a mi modo de entender las cosas. La misma, ocurrió durante el último año de la escuela secundaria y prácticamente toda mi aula se confabuló para que esto sucediera.
Un grupo de jóvenes tuvo la idea de gastarle una broma al profesor de Química, un hombre de ascendencia japonesa que en más de una ocasión había perdido los papeles y reaccionado desproporcionadamente a ciertos desórdenes en el aula. A decir verdad, el tipo era un tanto desequilibrado y solía lanzar gritos a boca de jarro sin previo aviso. Quiero decir, el dictaba su clase en el pizarrón, los alumnos no entendíamos nada o casia nada e íbamos cayendo en la distracción. En pocos minutos, el aula se convertía en un relajo en donde todos conversaban con todos. Lo curioso es que nuestro profesor de química dejaba para esta situación por varios minutos sin reclamar nada, como si nada pasase. De pronto, un desgarrador grito, propio del testigo de un aparatoso accidente, cruzaba el aula en todo sentido. Era nuestro maestro quien expresaba así su molestia al tiempo que corría como un loco de extremo a extremo del aula un par de veces. Parecía un desfogue de energía contenida.
Imagen tomada de Flickr por CEP2 Resistencia
Yo mismo fui testigo de su furia desmedida un buen día que me zarandeó de los pelos sólo porque no guardé fila correctamente. La broma a la que me refería, consistió en embadurnar el manubrio de la puerta del salón de clases con tinta roja poco antes de que nuestro profesor llegara. Obviamente nadie dijo nada y cuando éste llegó e intentó abrir la puerta se topó con la sanguinolenta broma. Ya se imaginarán la carcajada que esto produjo y por supuesto la reacción del iracundo japonés. Sin embargo, la anécdota se recuerda con cariño a estas alturas y en ninguna forma se interpretó como una agresión consumada.
Lástima que las noticias de hoy en día no tengan estos matices y hasta ya se maneje un término especial para enunciar estos hechos. En efecto, ya se está empezando a utilizar con una alarmante regularidad, el término disrupción para designar las agresiones hacia los profesores por parte de los alumnos. Se trata de agresiones bien establecidas, definidas y consumadas que trascienden al plano físico y van desde gritos airados desconociendo totalmente la autoridad del maestro hasta golpizas tramadas, pasando por insultos, amenazas y gargajos. No parece haber explicación para este fenómeno social que no es exclusivo de cierto país y ni siquiera continente sino que se está dando en todo el mundo. Menos aún se puede precisar en qué punto se quebró la línea del respeto que un maestro merecía.
Se ensayan algunas explicaciones para el desarrollo de estas conductas como la falta de dedicación de los padres. Esto parece tener sustento pero aún falta hacerse más estudios acerca de la relación de los agresores con padres violentos. Sin embargo, la lógica, avalada por la psicología, nos dice que el niño o el adolescente, finalmente son producto de los modelos que aprendieron durante años anteriores y ojo que aquí no se puede achacar toda la culpa al seno familiar porque estas conductas violentas las puedo haber aprendido en la calle con amistades indebidas o incluso copiar el modelo del colegio.
En este sentido se ha detectado que en la sociedad moderna, donde todo marcha más a prisa y ambos padres trabajan, el niño debe afrontar un vacío emocional, pasa mucho tiempo solo y por lo tanto no es susceptible de un adecuado control por parte de sus padres. La situación empeora cuando los padres tratan de resarcir este daño siendo bastante permisivos con sus hijos. Les es difícil decirles “no”. Esto da campo abierto para que el niño sienta que no habrá nada malo en lo que hace y no faltará algún otro compañero de escuela que lo inicie en malas prácticas o que simplemente copie el modelo que las noticias de la televisión le trae.
Imagen tomada de Flickr por CEP2 Resistencia
Tampoco ayuda nada una conducta sobre protectora de los padres que aprisiona y asfixia al niño. El castigo físico tampoco es respuesta adecuada de los padres pues valida la violencia como método de ejecución dando nuevos caminos para idénticas respuestas del niño ante ciertas situaciones.
Por otra parte, no debemos perder de vista cuál pudo haber sido el origen de estas agresiones. Por lo general, las respuestas sociales se generan ante un abuso de poder o de autoridad. Antes de que aparecieran estas disrupciones, se catalogaban numerosos casos de agresiones en sentido contrario, es decir de los profesores hacia los alumnos. La principal de ellas quizá, el acoso sexual y los tocamientos indebidos, sin mencionar los extremos que terminaban con una violación o la violencia física de profesores a alumnos. Muchas veces estos casos eran desestimados o caían en la total impunidad. Fue allí que se generaron las primeras grietas de esta sociedad. Se creó el resentimiento de los alumnos y esperaron el momento para tomar justicia por sus propias manos. Las nuevas tecnologías fueron aprovechadas a favor de esto.
Era fácil abrir un foro donde la conspiración del alumnado fuese alentada y alimentada día a día con innumerables consejos y arengas para tomar represalias en caso de sentirse agredidos. Esto, sumado a la vehemencia típica de la adolescencia nos ha conducido hasta este punto. Y el problema se agrava porque los que antes no tenían voz, ahora súper compensan esto tratando de mostrar autoridad y abuso de poder sobre profesores, muchas veces inocentes. La sociedad tambalea.
4 Comentarios en “La disrupción”
Me gustó mucho el tema, estoy investigandolo como parte de mi tesis de graduación de Magister en Gerencia Educativa en la Cuiudad de Manta, Republica del Ecuador, en el Colegio Nacional “Cinco de Junio” del cual soy el RECTOR.
Con esta información me ayudara orientar meor a los adolescente del mi colegio y solicito a ustedes más información acerca del tema de la disrupción.
Felicitaciones a ustedes,
Atentamente,
ELVIS AVILA POVEDA
DR. ELVIS AVILA POVEDA | 20 de Agosto de 2008 a las 03:51
Comentario pendiente de moderación.
Me gustó mucho el tema, estoy investigandolo como parte de mi tesis de graduación de Magister en Gerencia Educativa en la Ciudad de Manta, Republica del Ecuador, en el Colegio Nacional “Cinco de Junio” del cual soy el RECTOR.
Con esta información me ayudara orientar mejor a los adolescente del mi colegio y solicito a ustedes más información acerca del tema de la disrupción.
Felicitaciones a ustedes,
Atentamente,
ELVIS AVILA POVEDA
Muy buen tema, yo lo estoy estudiando para realizar mi tesis de licenciatura en educacion, le agradeceria si pudiera facilitarme mas informacion a mi mail, ya que en Chile no se encuentra mucho material con respecto a este tema. Gracias.
Hola:
Muy atinado todo lo que comentan, me gustaría más información sobre este tema ya que me encuentro haciendo la tesis de la maestría en Ciencias de la Educación y todas estas apotrtaciones me estan sirviendo bastante. ¡Gracias!