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Nietos y abuelos se unen para retroalimentarse

La importancia de los abuelos

Los abuelos son muy importantes en el desarrollo del niño
Antonio Martínez
07:00h Viernes, 27 de junio de 2008
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Los abuelos son un claro ejemplo de la ley de la relatividad. Para muchos padres, son vistos como saboteadores y hasta conspiradores en lo que se refiere a la educación de los hijos. Para los hijos de estos mismos padres, son más bien vistos como el mejor aliado con el que cuentan en casa, las 24 horas del día, los 365 días del año. Y es que parece que en el momento justo del nacimiento de los nietos, los abuelos parecen ser digitados para eliminar de su vocabulario la palabra “no”. Todos los que hemos tenido el privilegio y el alto honor de disfrutar de nuestros abuelos, sabemos que una vez que han partido, queda un vacío enorme en nuestro corazón. Incluso, cuando la muerte los alcanza cuando los nietos ya son adultos. En mi caso, la balota me tocó temprano y sólo pude disfrutar de mi abuela materna hasta los 12 años, momento en el que sentí que me quitaron una columna de apoyo. Ella era la que única que me defendía cuando me imponían un plato que me repugnaba y la que me protegía cuando el niño de 11 años aún sentía miedo a la oscuridad.

Imagen tomada de Flickr por Roselyne S.

Ciertamente los abuelos son lo máximo para un niño porque son adultos que se comportan como niños. Pero son mucho más que eso y quizás cuando se hable de la ingratitud de los hijos hacia los padres, también nos podamos referir al hecho de que los que son padres no reconocen el papel del abuelo en la casa. Por ejemplo, el caso de un matrimonio en que ambos trabajan y no disponen de mucho tiempo para estar junto al niño. Es evidente que una niñera, por más educada y sensible que sea no puede reemplazar el trabajo de los padres. Es aquí donde entra a tallar el comodín de tener un abuelo o un par o dos pares de ellos que ya sería de utopía. También tenemos el caso de los matrimonios que tienen varios hijos, escenario en donde cualquier ayuda es bienvenida y más la de los abuelos que tiene vasta experiencia en el asunto de la crianza de los niños. La gran ventaja de los abuelos sobre los padres –por emplear algún término- es la lectura que tienen de la situación. Ellos no pierden tiempo en dar órdenes a los niños, sino que le dan la vuelta al asunto y se concentran en entablar una relación de amistad con ellos.


En medio de esta relación con los abuelos, los niños sienten que llevan el control de las cosas, hecho que traslada el stress de estos hacia la nada. Todo se facilita y los abuelos simplemente vigilan que el entorno del niño sea seguro. Ambos encuentran libertad en este espacio y, a decir verdad, es una relación recíproca que busca identificación personal. En efecto, tenemos a los niños que se sienten liberados del ritmo estresante de los padres que todos los días tienen una lista de obligaciones y órdenes que les imponen, muchas de ellas en forma vertical. Por otra parte los abuelos, por su condición de avanzada edad, han sido dejados un poco de lado por sus hijos y ni qué decir por la sociedad, sienten que han perdido protagonismo y de alguna forma se sienten desamparados. De pronto ven que son importantes para alguien, en este caso los niños y por supuesto, no dudan en ofrecerles su amistad abiertamente, sin verticalidad. Este efecto, crea una sumatoria de fuerzas y muchas veces se convierte en una sólida unidad, muy enternecedora para los que la identifican desde fuera del círculo familiar.

Imagen tomada de Flickr por varyamo

Muchas veces las decisiones que toman los padres respecto de sus hijos, riñen con la filosofía de los abuelos. En este punto es importante que la familia converse y se establezcan puntos comunes y áreas de interferencia para que todo marche en beneficio del niño. No son convenientes los discursos contradictorios y la única manera de solventar esta área es haciendo que la comunicación sea fluida. No es convenirte en ninguna forma la desautorización o descalificación y mucho menos delante del niño. Si se conversa, verán que los puntos a consensuar no son muchos y que ambas partes tienen un amplio campo de acción para interactuar con el niño sin necesidad de que los celos se cuelen en el seno familiar. Por otra parte, los niños aprenden valores muy importantes, por ejemplo el respeto y consideración hacia los ancianos. También se forjan los valores del respeto por la historia ya que los abuelos siempre traen las mejores historias bajo el brazo y, lo que es mejor, las anécdotas que nuestros padres protagonizaron cuando fueron niños también. Dios, cómo extraño a mi abuela.

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Comentarios (1)

  • namy
    21:44 19 19UTC agosto 19UTC 2008

    chido compa ya me ayudaron para mi tarea

     
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