Formación, Opinión, Sistema educativo

¿Son útiles los tests de orientación vocacional?

Una herramienta para confirmar lo que el alumno intuye
Meritxell Fandiño
10:17h Sábado, 20 de febrero de 2010
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¿Qué quieres ser de mayor?

Los estudiantes de secundaria y bachillerato chocan a una edad quizás muy temprana con la obligación de decidir cuál será su futuro, un peso que a menudo les viene grande y les hace responder un sonoro y amargo “no lo sé”. Es por eso que en los institutos a menudo se recurre a los tests de orientación vocacional, que evalúan los gustos, preferencias y habilidades de los jóvenes para ayudarles a encaminar su futuro.

Existen muchas páginas online en las que se pueden hacer estos tests gratis. De estilo y mecánica diversa, son muchas las técnicas que se han estudiado para hacer las respuestas lo menos obvias posible. Y es que el problema está claro. Como dijo en una ocasión un buen profesor, “en los test no contestamos lo que somos, sino lo que creemos que somos”. Es decir, que un joven cuya mayor habilidad son las matemáticas y se inclina por el ámbito de las ciencias, responderá positivamente a las preguntas relacionadas con esta materia, obteniendo así la puntuación esperada en el ámbito esperado. Y no tiene porque salirle así a propósito, al contrario. Si una persona tiene la convicción de valer para algo, responderá según ese algo. Y el riesgo es el mismo, porque pasados un par de años quizás se arrepienta de su decisión, de tal modo que si le volvieran a pasar el test, los resultados serían opuestos.


No obstante, sí que es cierto que este tipo de tests pueden ser útiles en caso de descarte, es decir, en caso de dudar entre un par o tres de disciplinas y no saber por cual inclinarse. En ese sentido, podemos encontrar en la red la descripción un ejercicio bastante útil. No se trata de un test, sino más bien de la posibilidad de elaborar perfiles a través de lo que los alumnos declaran de forma espontanea. Mediante la intervención de expertos, y teniendo en cuenta factores como la edad, la nacionalidad y las habilidades de la persona, se puede hacer un “diagnóstico” más acurado de por dónde tirar.

Sea como sea, los tests continúan siendo uno de los recursos de orientación más utilizados, a pesar de que el alumno por lo general no soluciona sus dudas gracias a él. Es una forma de dejar en manos del calculo matemático algo tan fluctuante como nuestros deseos, algo muy cómodo por nuestra parte.

Foto: Artesan por amaianos en Flickr.com.

Comentarios (3)

  • adasa
    18:51 20 20Europe/Madrid febrero 20Europe/Madrid 2010

    Lo que se deberia de hacer entre 4º de la eso y 2º de Bachillerato, es que los alumnos decidan a lo largo del curso que trabajos visitar, y probar si les gusta la practica de ese trabajo o no. Un ejemplo de esto seria que una chica creyera que le gustaria ser maestra de niños en la edad infantil, enfermera o psicologa. A lo largo del curso los profesores deberian de llevarla unos dias en los que esta alumna observara en que consiste realmente ese trabajo, o si cree que vale para ello. Al fin y al cabo, parece que solo nos quedamos con conceptos teoricos, libros y nada mas que apuntes, algo completamente distinto a la realidad que esos conceptos la describen.

     
  • Sara Pérez
    21:07 28 28Europe/Madrid febrero 28Europe/Madrid 2010

    Lo que escribieron este artículo deben saber que la orientación vocacional es un proceso, es algo más que la aplicación de test y que las pruebas o test tienen algo que se llama “validez” y “confiabilidad”, no es algo sacado de la manga ni tan sencillo como parece. ok

     
  • Ernesto
    16:21 26 26Europe/Madrid marzo 26Europe/Madrid 2010

    Con relación a los tests de orientación vocacional, a mi juicio, se enmarcan en una instancia complementaria relativa al conocimiento de la persona. Las afinidades respecto de determinadas actividades se constatan mejor al marjen de lo que es profundamente utilitario o responde a la moda. Hay actividades que radican en lo profundo de nosotros, las profesiones a escojer deben aludir o facilitar la llegada desde la propia individualidad del sujeto a esos sustratos que podrían definirnos mejor. En este caso el test en sus indicadores debe ser muy sutil, para al menos, ir desde las ramas al tronco.

     

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