Todos en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por circunstancias poco agradables, muchas veces un incidente puede haber resultado hiriente, especialmente si ha sido en el campo afectivo. Una discusión fuerte, un momento emocional con algún familiar o un hecho de violencia puede significar un punto decisivo para la capacidad de aprendizaje de las personas.
En términos sicológicos se le conoce como Condicionamiento al temor, en referencia al proceso en que algo que no es para nada amenazante, se convierte en un objeto o situación temida por el simple hecho de asociación. Los especialistas señalan que este proceso de asociación entre situaciones parecidas puede duran años e incluso toda la vida, afectando las relaciones humanas a un nivel que podría llegar a ser preocupante e inclusive interviniendo el proceso de aprendizaje.
El especialista Dennis Charney indica que cuando esos temores son provocados por la zona del cerebro que aprende, retiene y actúa sobre una respuesta de temor, una especie de asalto emocional crea un estancamiento en el normal proceso cognitivo, por lo que la capacidad de aprendizaje también se ve mermada en un porcentaje considerable alto.
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