¿Para qué estudiar un máster? ¿Para qué estudiar?

Son muchos los universitarios que acaban la carrera y se quedan en mitad de un callejón sin salida. Genial, tengo el título de mi estupenda profesión, ¿y ahora qué? Después de cuatro o cinco años estudiando en la universidad salen al mundo laboral y un elevado porcentaje de ellos se queda de brazos cruzados, especialmente en el actual contexto de crisis económica que atraviesa España. Porque si uno no está dispuesto a salir del país en busca de trabajo, lo tiene crudo si no se mueve. Sabe que en pocos meses llegará el mes de septiembre y por primera vez en su vida no habrá una “vuelta al cole”. En su nuevo futuro no hay nada. Solamente un vacío esperando a que nosotros lo rellenemos como mejor nos convenga y tanta responsabilidad nos abruma. Nos abruma porque uno no se plantea estas cosas hasta que no las tiene encima. Y todavía nos abruma más cuando observamos que hay una minoría que ya está haciendo planes para su futuro mientras nosotros seguimos con la mente en blanco.

Bien, tenemos varias opciones. La primera es trabajar, porque después de tanto esfuerzo y tantos estudios es irritante no poder incorporarse al mundo laboral. Hay que echar currículums a diestro y siniestro allí donde nos interese. Lógicamente, cuántos más dejemos más posibilidades tenemos de que nos llamen desde alguna empresa para contratarnos. Mientras esperamos ese golpe de suerte nuestra vida no puede quedarse estancada: continuemos formándonos. Formándonos en aquello que nos interese, que nos agrade, que nos ayude a ser más competitivos, que nos haga felices, que nos haga mejores. Por fin disponemos de un tiempo indefinido para nosotros solos, podemos darnos nuestros caprichos: hacer aquel deporte que nunca tuve tiempo de practicar, sacarme el carné de conducir si aún no lo tengo, sacarme aquel titulillo de fotografía o de manipulador de alimentos que siempre quise tener… Y lo que está de moda ahora: aprender un segundo idioma. Saber inglés es cada vez más imprescindible en los currículums, ahora bien, cualquier otro idioma (francés, alemán, chino…) nos servirá para mejorar nuestra competitividad.

Tal vez todavía no queramos trabajar y queramos seguir formándonos con otra carrera o con algún curso de Formación Profesional. O tal vez queramos obtener algún certificado o algún diploma de especialización. La educación es positiva en tanto que nos forma como profesionales y nos abre las puertas más y más hacia el mundo laboral. El máximo exponente de todos estos estudios post-universitarios es el máster, eso que está ahora tan de moda. Pero claro, esto no deja de darnos miedo. Un máster implica un año entero de estudio, tal vez dos. Implica pagar una cuantía de dinero importante. Y todo ello para luego acabar con más currículum y en el paro, como todos esos casos que conocemos. Pero seamos más realistas si cabe: si no podemos trabajar y si somos tan pesimistas de pensar que el estudio y la formación no nos van a valer de nada, ¿qué nos queda en esta vida por hacer? Creo que el no hacer nada por miedo a que no sirva de nada acaba convirtiendo al ser humano en un ser vago y perezoso. De siempre se ha dicho que hay que luchar por lo que uno quiere, y si la mejor arma para combatir el paro es la formación académica, ¿qué pasos debemos dar? Yo, sinceramente, ya tengo claro lo que voy a hacer al terminar de escribir este artículo. ¿Y vosotros?

Foto: english106