En la actualidad los jóvenes se encuentran expuestos a múltiples factores de riesgo en el uso de violencia, esto al referirnos principalmente a cualquier localidad calificada de insegura por los constantes enfrentamientos de pandillaje y delincuencia común, en cualquier parte del mundo. La violencia no discrimina.
Esta exposición a la violencia de los jóvenes tiene un impacto directo sobre la pobreza, generando que la violencia establezca zonas más marginales y además encierre a la comunidad en un círculo vicioso que impide su desarrollo.
Muchas veces la pobreza afecta a amplios sectores de la población, y un factor determinante de ello es la falta de empleo y los bajos niveles de ingreso que obtienen por las actividades de sobrevivencia que los habitantes realizan. Se presentan índices de pobreza bastante altos, y los jóvenes ante la insatisfacción de sus necesidades básicas y el desaliento de los trabajos informales que acentúan su carencia económica, recurren a la delincuencia. En localidades de alta pobreza se generan actividades económicas llamadas de “sobrevivencia”, siendo las principales las de extracción, transformación y servicios.
Foto: Tu Salud Mental
Por ello, se ha observado la presencia de una violencia tanto explícita como generacional. Basándose en un enfoque que plantea que toda organización es residuo de aprendizajes pasados, es decir las lecciones del pasado se hallan incorporadas en las rutinas actuales, afirmamos que con el transcurso del tiempo, la violencia puede persistir pero de diversas formas, actualmente la manera más representativa se presenta como el problema de la delincuencia y el pandillaje juvenil. Siendo los jóvenes la población mayoritaria, y de más alta situación en riesgo, además de ser actores activos de la economía local, del entorno social y el impulso emergente para la localidad.
Las carencias económicas son muy visibles dentro de los hogares de los jóvenes donde la mayoría de ellos consideran que la actividad más importante para realizar era trabajar, aunque de estos un 36.5% trabajar no era la actividad prioritaria dentro de su ritmo de vida. La mayoría muestra bastante preocupación por sus madres, debido a que son el referente familiar más importante para ellos, por lo que se puede concluir que la ausencia de la visión paterna los hace asumir el rol de jefes del hogar y sobre todo, agradecimiento a la madre.
En la encuestas realizadas a diferentes grupos de jóvenes con tendencia a la violencia callejera, se observa en los resultados cierta timidez, aunque con un poco de confianza preguntaban los términos que no comprendían solicitando ayuda, pero en el foco grupal solo 3 de los 8 jóvenes mostraron mayor interés y dinamismo en participar, y el resto se mantuvo callado tímido, pues su nivel de liderazgo y participación era limitado, aunque las ganas por participar eran optimas, aspecto que apreciamos por el interés para afirmar cada respuesta que la moderadora brindaba.
Pese a que la mayoría de los jóvenes encuestados no se sienten satisfechos con su actividad laboral, pues la mayoría de ellos laboran en trabajos informales con ningún beneficio, a pesar de ello no se quejan mucho pues al menos les genera un sustento para su familia, se observa una tolerancia hacia su realidad que deriva en cierto conformismo por parte de ellos.
Foto: El Observatodo
Consideran al trabajo más importante que al estudio, aunque relacionan de manera directa el estudio con el trabajo, pues en el foco grupal es posible apreciar que la mayoría de los jóvenes se ve mucho mejor en un futuro, donde uno de sus objetivos muy aparte de sus anhelos laborales era lograr una carrera, pese a que muchos de ellos no tienen oportunidad para continuar sus estudios por diversos motivos sobre todos carencias familiares y un núcleo familiar fracturado.
Es posible apreciar que los jóvenes suelen pasar mayor parte de su tiempo libre con su familia, corroborando aquí las respuestas contestadas por presión del entorno, pues la mayoría de jóvenes aseveraron pasar sus tiempos libres con sus círculos de amigos refiriéndose a ellos con la expresión “hacer hora”, pues divertirse es parte importante de su rutina diaria, como bailar, un escape hacia la realidad cruda que viven y han tenido que afrontar desde temprana edad, se observa una contradicción debido a que en la encuestas siempre se refieren a la diversión como una actividad secundaria sin mucha importancia para su vida.
En cuanto a la relación de los jóvenes con sus padres, el 50% resulta ser buena, debido al significado estándar de la palabra “bien”, ante la pregunta ¿Cómo te llevas con tus padres? – “bien”. Ya que al momento de la conversación se puede apreciar que la relación paterna es distante e incluso no existía una relación directa con ellos, sin embargo se corroboro el apego materno donde la mayoría de los jóvenes presentaban mayor comunicación con la madre, esto también debido a que aunque permanecían tiempo en la calle con los amigos siempre las horas de alimento y necesidad (pedir dinero, etc.) su recurrente era la madre con la cual la mayoría de los jóvenes vivía, por ello no tenían la imagen paterna en su familia.
Según estudios el 51% de los jóvenes considera que la violencia física es el principal tipo de violencia a su alrededor, esta violencia física es tanto en su entorno social (amistades, conocidos, etc.) y familiar, aseverando en el grupo focal que la violencia que más influye es la familiar seguida