Durante el año nos llenamos la boca diciendo que somos personas concienciadas con el medio ambiente, que reciclamos el papel, el vidrio y el plástico. Además, cerramos el grifo cuando nos lavamos los dientes e intentamos gastar el mínimo de agua posible cuando fregamos los platos. Nos esforzamos por alargar la vida del planeta y apagamos todas las luces cuando no se necesitan y ponemos la calefacción al mínimo.
Eso sí, cuando llega la Navidad, llega el derroche. ¿Podríamos evitarlo? Sí, seguimos algunos consejos prácticos muy sencillos. Por ejemplo, ¿qué haces con tu árbol de Navidad? ¿Lo tiras? La mayoría de Ayuntamientos habilitan puntos de recogida de árboles que se llevan a las plantas de compostaje para convertirlos en abono. Así que no te olvides de llevar el tuyo.
¿Con qué envuelves tus regalos? ¿Con papel de regalo que luego acabas tirando y no ha tenido ninguna utilidad? Te proponemos que aproveches papel de periódico, lo pintes, lo decores y lo utilices. También utilizar bricks para convertirlos en envoltorios originales o en cajitas de regalo para los pendientes o collares que hayas comprado.
Si eres de los que hace el amigo invisible en el trabajo o con los compañeros de clase, ¿has pensado en introducir la idea del amigo invisible del reciclaje? Es muy divertido: busca por casa aquellas cosas que no utilices y que le podrían servir a la otra persona. De esta manera no se compran regalos inservibles, ni se acumulan cosas en el armario de casa.
Son pequeñas acciones que, aunque parece que no tienen ninguna importancia, sirven de mucho. El granito de cada uno siempre suma a favor del medio ambiente.
Foto1: G-Hat
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